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  • Writer's pictureLee Vincent

¡Auxilio! Crisis en la novela romántica

Saludos, queridos lectores:


Hace unos días recibí un inbox de una lectora que se comunica conmigo casi a diario y con la que he desarrollado una gran amistad. Me escribió: “Lee, estoy frustrada”. En principio pensé que se trataba de un asunto personal, pero para mi sorpresa añadió: “He comprado varias novelas (ebooks) esta semana y me enoja porque me siento estafada. Tienen problemas con la trama y errores ortográficos. He vuelto a mis principios, a leer en inglés”.


Demás está decir que me alarmé. Le dije que la entendía e incluso me confesé, pues a mí me ha pasado lo mismo en varias instancias. Entonces pensé ¿estará la novela romántica en crisis?


En primer lugar, no podemos descansar en que el género romántico es el más que se vende porque eso puede cambiar si no le damos el cuidado que merece. Desde hace muchos años, a base de datos estadísticos, se ha dado por hecho de que la romántica se vende mucho. Nos llenamos la boca al decir: “Es el género que más vende”. ¿Y por qué tantos autores de novela romántica se están quejando de las ventas?


Tengo varias hipótesis, aclaro que son solo hipótesis de lo que he ido observando, no son hechos fehacientes:


  • Proliferación de nuevos autores: se ha democratizado tanto la escritura, a través de las plataformas de internet, que ahora escribe quien quiera escribir. Ojo, no critico eso. Solo menciono el dato de que ahora son muchos los lectores que han decidido escribir. Quien escribe sabe que el oficio te limita el tiempo para leer. Sin dejar de lado que muchos escritores no leen a sus compañeros para no contaminar su estilo. Esto se resume en menos lectores.

  • Proliferación de series en internet: ¿quién no ha sucumbido a una buena serie en Netflix? Mea culpa. Lo admito, cuando descubrí la serie española Velvet casi ni dormía y mucho menos leía. Así me ha pasado con otras ofertas. ¿No será a allí a donde han ido a parar los lectores?

  • Lectores flotantes: algo que he notado en estos años como escritora es que un por ciento de los lectores no es constante. Tal vez se encariña con varias historias, pero abandona la lectura porque realmente no es su pasión.

  • Historias que se repiten: la literatura no debe ser repetitiva, pero lamentablemente como se suele decir “todo está escrito”. De eso se trata la genialidad de la literatura, en cómo se cuenta. En hacerlo de manera distinta. Pero es difícil y se requiere de voluntad. Tal vez el lector está cansado del protagonista empotrador, de la mujer falta de decisión o del millonario guapo que tiene un helicóptero y te lleva a su cuarto de BDSM. Quizás buscan historias más reales y humanas, que los hagan soñar, pero con las que se puedan identificar. Ojo, estas tramas que acabo de mencionar siempre tendrán muchos lectores, así que las sombras de Grey siempre será un superventas, pero también en una historia con buenos recursos de mercadeo $$$.

  • Descuido en el estilo y la ortografía: tal vez uno como lector puede dejar pasar algunos errores en la ortografía, pero lo que no se perdona es una mala trama. Historias donde se explica hasta la forma y el color de las bragas de la protagonista. Otras en que las escenas de sexo son muchas y repetitivas, que llega un momento en que te aburres como ostra. Esto es lo que yo llamo la trama-cama, no pasa nada más. Sin pasar por alto que la maquetación del libro es tan pobre que no invita a leer más allá de las primeras páginas.

Estos puntos resumen lo que he definido como una crisis en la novela romántica. No he querido encajonar estos puntos solo a los escritores autopublicados porque las editoriales también caen muchas veces en esto. Ellas también han probado un poco de esa escasez de ventas.


Entonces ¿qué podemos hacer los lectores y escritores? A mi entender, exigir a los escritores que entreguen historias buenas y de calidad, que se sujeten a lo que demanda el género. Por otro lado, los escritores debemos cuidar nuestras obras con celo y dedicación.


No se trata de publicar como si de pan se tratara, sino de hacer obras de calidad porque lo escrito permanece y estas obras que escribimos hoy las leerán generaciones futuras. Incluso, cuando ya no estemos.


¿Se imaginan si Amor y prejuicio, de Jane Austen, se hubiese escrito con descuido?


Defendamos nuestro género. Exijamos calidad y verán como las ventas repuntan de nuevo. ¡Salvemos a la romántica!

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